Creando un santuario: Etiqueta para la sala de Yoga

Lo más importante es recordar que la sala de yoga es, para mucha gente, un santuario, un refugio, un espacio sagrado; así que sé consciente de cómo entras, cómo te mueves por el espacio y cómo sales de la sala. Piensa que tu yoga empieza el momento que entras en el centro de yoga.  Gran parte de esta práctica es cultivar tu consciencia.

Algunas cosas que puedas contemplar cuando aterrices: ¿cuál es el estado de mi mente ahora mismo?  ¿Cómo se siente mi cuerpo? ¿Cómo estoy influyendo en el  espacio y en mi entorno? ¿Cómo me afecta a mí?

He creado esta lista porque últimamente han surgido muchas conversaciones sobre el comportamiento en la sala de yoga, así que tuve la idea de ponerlo todo por escrito. A continuación, aunque se me ocurren muchos más, estos son algunos puntos a tener en cuenta:

Normas de etiqueta para la sala de Yogas

Llega temprano.  No hay nada peor que correr para llegar a tus clases de yoga. Ten el propósito de llegar al centro 10-15 minutos antes para que puedas tomarte tu tiempo colocando tu esterilla, beber agua y guardar tus objetos personales.  Si eres nueva/o, intenta llegar incluso antes para que puedas rellenar la ficha de alumno/a y hablar con el profesor/a.

Todos llegamos tarde  alguna vez; en tal caso, si consigues entrar en la sala, mira a tu alrededor;  si todos están sentados en meditación, entonces simplemente siéntate en la zona de la recepción y espera hasta que las alumnas/os empiecen a moverse antes de entrar en el espacio de práctica.  No es conveniente  estar moviéndose por la sala cuando el profesor/a está centrando/a en la clase. Como norma general llega temprano, quédate hasta el final.  Si esto no es posible, haz una práctica en casa.

Deja todas tus pertinencias en la zona de recepción, es una de las claves de la práctica – separarte de todas tus ‘cosas’.  Entra en la sala de yoga sólo con la ropa que llevas, botella de agua y tu esterilla (si llevas tu propia esterilla).  Intenta minimizar el desorden alrededor tuyo.  Cuanto menos cosas haya, menos distracción.

Baja el volumen de tu voz, sobre todo si hay música tranquila o no hay música.  Esto quiere decir que la profesora está creando un espacio tranquilo para que la gente pueda reflexionar y dejar atrás el día de ajetreo. Si estás conversando con un amigo de yoga, sal a la zona de la recepción y habla bajito.  Si entras en la sala y hay música más fuerte, ninguna norma se aplica.

Mantén tu móvil fuera de la sala de yoga.  Si tienes mensajes o emails que atender antes de la clase, quédate en la zona de recepción hasta que termines.  Cuando entres en la sala de yoga, deberías dejar el mundo material fuera.  Aprovecha la oportunidad de conectar con tu paisaje interno, permitiendo que todos los planes y listas de cosas que tienes que hacer se queden en segundo plano.  Esto es uno de los motivos por los  que no llevamos lo zapatos dentro de la sala, deja al exterior en el exterior.  Si estás de guardia, o hay una circunstancia excepcional que necesitas estar pendiente, comunícaselo  al profesor/a y coloca tu esterilla cerca de la puerta y pon tu móvil en vibración.  Para cualquier otra circunstancia pon tu móvil en modo avión, o silencio, NO vibración.

Intenta no pisar las esterillas de los demás.

Si eres nueva/o en la práctica que se va a impartir,  pon tu esterilla cerca o en el centro delante del profesor/a, así podrás observar los ejemplos con más facilidad.

Si estás trabajando con lesiones o te gusta hacer variantes más ‘avanzadas’, pon tu esterilla un poco más apartada del centro para no crear confusión con tus modificaciones/variaciones a la gente nueva.

Cuídate mucho.  Si hay algo  que no le viene bien a tu cuerpo, intenta hasta donde puedas o descansa en la postura del niño.  Recuerda que no tienes que hacerlo todo.  Gran parte de esta práctica es escuchar a tu cuerpo. Si no sabes cómo modificar una postura que no te sienta bien, pregunta al profesor/a después de la clase. Si  está a punto de empezar otra clase, procura esperar a  otro momento que os venga bien a los dos.

Sé consciente de como afectas a tu entorno—

– haz un chequeo rápido de  tu olor corporal  antes de entrar a la clase.  Si ves que no es apropiado, soluciónalo (lávate o pon otra capa de desodorante).  Si estas llevando colonia o perfume fuerte, quítatelo.  Cuando sudas, tu olor se intensifica y tus compañeros lo podrán oler.
– Si llevas practicando Ujjayi durante 6 meses o más, debería ser suave y no muy audible a los demás.  Controla tu energía. 
– Sobre todo en clases con mucha gente, mantén los movimientos dentro de los parámetros de tu esterilla.
– Si eres Nuevo/a practicando inversiones (postura en la cabeza, en los antebrazos, en las manos, y la vela) y el profesor/a ofrece la oportunidad de practicar en el centro de la sala, sin pared, no lances las piernas en el aire, no sería la primera vez que la persona que se encuentra cerca de ti recibe una patada.  Recomiendo practicar en casa o antes/después de la clase cuando hay mucho espacio alrededor.

Si no te sientes seguro/a en la clase por cualquier motivo, ve a hablar con la dueña o la encargada del centro y comparte tu experiencia con ella.  Nuestra prioridad como profesores es crear un espacio seguro y si no se ha conseguido, es importante que se haga saber para mejorar la experiencia de todos.

Si necesitas salir temprano de la clase, hazlo saber al profesor/a y pon tu esterilla cerca de la puerta.  Pregúntale cuándo sería el momento adecuado para salir para molestar lo menos posible.  

Si al acostarte boca arriba en savasana (la postura final) te sientes incomodo/a, puedes sentarte en meditación en un cojín o pregunta a la profesora las diferentes opciones que hay (pide consejo, puedes mejorar mucho tu nivel de comodidad). En la medida de lo posible, minimiza tus movimientos durante ese momento para que otros puedan disfrutar de su descanso.

Lo más importante es recordar  que la sala de yoga es para mucha gente su santuario.  Trátala así.